Todos hemos oído la mítica frase de “pasar cera, pulir cera”. Ahora, gracias al proyecto ROPULSI de la Universidad Politécnica de Valencia en el que colaboran empresas de la Asociación IDF de Visión Artificial y Robótica se puede combinar tanto la comunicación entre operarios y robots como la colaboración de ambos en las tareas de lijado y pulido de materiales. Con ello se combina el conocimiento cualificado y habilidad de un operador humano con las capacidades tecnológicas de un robot que hará el trabajo duro y repetitivo.

 

El proyecto ROPULSI -Sistema robotizado avanzado para el pulido de superficies en la industria- ha conseguido integrar en una unidad de trabajo la experiencia de un operario con las capacidades de un robot. Robot dotado de algoritmos capaces de redimensionar su fuerza, modificar trayectorias y con ello, adaptarse a situaciones cambiantes durante el pulido y lijado de superficies metálicas. Con ello el robot atiende a variaciones en el posicionamiento del vehículo que puede, incluso, estar en movimiento durante las acciones del robot. De este modo el robot es decir suficientemente inteligente para hacer frente a las situaciones que se presentan a nivel industrial, como el tratamiento de puertas de un vehículo que puede estar en varias posiciones.

 

El proyecto nace pensando en la industria del automóvil, pero puede ser aplicable a cualquier industria en donde puedan convivir operarios y robots. Y en este sentido, tal y como confirma el coordinador del proyecto y director de la Asociación IDF, Josep Tornero, “esta herramienta que combina el trabajo de un operario con un robot se puede aplicar a cualquier industria que requiera superficies perfectas”.

 

En el ámbito del control de calidad superficial, ámbito en el cual la Asociación está especializada, el operador humano trabaja con unas gafas de realidad aumentada que le permiten colaborar con el sistema de visión en la clasificación y detección de cualquier matiz en la superficie e interactuar con el robot para que este aplique los materiales, y realice las acciones necesarias para que la plancha quede perfecta.

 

Robots que trabajan con delicadeza:

En este proyecto cobra especial importancia el conjunto de sensores de fuerza que tiene el robot para actuar sobre la superficie “con cariño”, tal y como ha expresado Josep Tornero.

 

ROPULSI permite a las empresas que trabajan con superficies que requieren un pulido y lijado perfecto obtener mejores resultados y, por tanto, mejorar la calidad de procesos y de producto final.

 

En líneas generales, según ha confirmado Tornero el proyecto “permite un control del robot que combina tanto la retroalimentación de la fuerza como los datos de visión para realizar correctamente la tarea de pulido, desarrollar un sistema de control para robots bimanuales con el fin de realizar la tarea de pulido en cooperación con el operador humano, o desarrollar un sistema avanzado de teleoperación que permita al operador humano comandar de forma remota el sistema robótico”.

 

Tornero ha insistido en que esta tecnología de robótica colaborativa tiene muy presente la participación de operarios humanos como alternativa al intento de dejar en manos del robot todo el trabajo. “Tratando de que el robot realice todo el trabajo humano, perdemos las capacidades y experiencias del operario, al tiempo que nos embarcamos en un proceso de automatización, a veces imposible, para emular las capacidades humanas”.

 

Y, por tanto, “no es para nada una amenaza en ningún caso para quienes trabajan en estas líneas”. “Más bien al contrario, este sistema augura una larga colaboración entre los operadores y los robots colaborativos y, sobre todo, extiende las posibilidades de usar robot en otras industrias o incluso en otros ámbitos, como ocio, hogar, cultura, etc.”.

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